No se empieza desde cero.
Sobre relojes, canciones e ideas que construyen el futuro.
Esta semana estuve pensando en las cosas que nos mueven a crear, en cómo cambia lo que hacemos (y lo que somos) cuando entendemos de dónde vienen nuestras ideas, nuestras pasiones, incluso nuestras pequeñas obsesiones.
A veces todo empieza con algo tan simple como una fila virtual a las tres de la mañana, o una canción noventera con un nombre extraño, o el impulso de hacer algo diferente aunque no sepamos todavía si va a funcionar.
Crear no es un acto aislado. Es parte de un ciclo: recibimos, mezclamos, reinventamos, y en el proceso, nos transformamos.
Hoy quiero compartirte tres momentos donde descubrí que crear, agradecer y evolucionar no son caminos distintos. Son parte del mismo viaje.




