¿Cómo están, amigos invisibles?
Esta semana las piezas encajan solas. Por un lado, te comparto un artículo sobre el valor de lo imperfecto, de lo que no busca ser impecable, sino real. De lo que se siente humano, aunque tenga bordes desprolijos o glitches. Porque ser auténtico no es una estrategia para tener más engagement, es una postura frente a lo que hacemos. Cuando se finge, se nota. Y cuando no se finge, puedes construir una carrera completa alrededor de quién eres, como lo ha hecho Conan O’Brien, a quien además celebran esta semana con el Mark Twain Prize for American Humor.
Dos ideas que se encuentran en el mismo punto: lo que haces con honestidad, desde tu estilo y desde lo que crees, termina conectando con los demás. A veces rápido, a veces con el tiempo. Pero conecta.
Lo imperfecto como lenguaje: por qué hoy amamos lo retro, el pixel art y el glitch
Vivimos rodeados de pantallas perfectas, animaciones fluidas y cámaras que corrigen cada detalle en tiempo real. Sin embargo, lo que nos sigue emocionando es lo que parece roto, pixelado o desfasado. Desde filtros que simulan VHS, hasta videojuegos indie que apuestan por el pixel art o el low poly, lo que alguna vez fue una limitación técnica hoy es un lenguaje estético que conecta con algo mucho más profundo: la nostalgia, lo humano y lo imperfecto.
En una época donde todo es editable y retocable, lo imperfecto se siente auténtico. Quizás por eso nos atraen tanto los errores visuales como los glitches, los audios saturados o los diseños que recuerdan las interfaces viejas. No es solo estética, es una declaración: "esto fue hecho por alguien real, con herramientas limitadas, pero con mucha intención". Y eso genera una conexión que lo perfecto no siempre logra.
Mira el regreso del vinilo, el cassette o las cámaras analógicas. Tecnologías que fueron desplazadas por lo “mejor” (el streaming, lo digital, lo instantáneo) hoy se sienten más valiosas justamente por sus imperfecciones: el ruido, el grano, la espera. O piensa en marcas como Balenciaga o Vetements que han llevado lo “feo” o lo inacabado al centro de la conversación en moda, cuestionando los estándares de belleza tradicionales y provocando a la industria con piezas que parecen errores, pero son puro statement.
La razón de ser de la creación es expresarnos y llegar a otros. Una canción, un artículo, un videojuego, un objeto. Incluso cuando es algo utilitario, su propósito es resolver un problema o un "dolor", pero la forma en la que lo creamos, el diseño que lleva consigo, es nuestra manera de expresar cuánto nos importa (o no) la experiencia de quien lo va a usar, ver o simplemente disfrutar.
No toda la generación de contenido tiene como fin último el tan añorado engagement, el click, el reply o el mantener a la gente haciendo scroll eternamente para satisfacer la necesidad de endorfinas. A veces se trata simplemente de expresarnos, de contar lo que nos pasa por la cabeza, de lanzar un mensaje en una botella y esperar que quien la abra conecte con ese mensaje. Más allá de que te pueda contestar o no, incluso de que lo sepas o no. Es sacar lo que llevas dentro, y compartirlo con otros. Los que lo aprecian buscarán más, los que no, simplemente lanzarán de vuelta la botella al mar.
El reto para las marcas, los creadores y los emprendedores es entender que lo imperfecto no es un defecto, sino una oportunidad para mostrar humanidad y generar cercanía. No hace falta tener el mejor equipo o el diseño más caro para conectar con una audiencia. A veces, lo que más engancha es lo que se siente hecho a mano, con las marcas visibles del proceso creativo.
¿Qué estética o tecnología “vieja” te sigue pareciendo más honesta o poderosa?
Me encantaría leerte.
Para ver…Conan recibe el premio Mark Twain.
Esta semana quiero recomendarles algo que me pareció una joya: la entrega del Mark Twain Prize for American Humor a Conan O’Brien, que está disponible en Netflix.
Más allá del reconocimiento, lo que disfruté fue ver a tantos referentes del humor reunidos para celebrarlo. Compañeros de sus programas, invitados legendarios y gente que ha construido parte de lo que entendemos hoy como comedia en televisión (particularmente, parte de mi catálogo personal). Verlos recordar los personajes y sketches que Conan creó para su show fue como repasar esos momentos que, sin darnos cuenta, se nos quedaron grabados para siempre. ¡La ceremonia completa parecía un episodio especial de su show!
Y para cerrar, el premio se lo entrega David Letterman, que además de ser una leyenda, fue una de las mayores influencias para Conan. Vale mucho la pena verlo si alguna vez te enganchaste con el mundo del Late Night o simplemente te gusta la buena comedia.
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