Sin alma no hay marketing. Sin plan, tampoco.
La importancia de la estrategia sin humo para crear, conectar y avanzar.
Crear hoy en día es más complejo que nunca. Hay herramientas nuevas, canales nuevos, y una presión constante por hacerlo todo rápido y en cantidades industriales. Pero lo que más importa sigue siendo lo de siempre: tener una razón clara para crear, y un camino concreto para hacerlo realidad.
En esta entrega te comparto dos artículos que se complementan:
Uno habla del fondo: de por qué la empatía, la comunidad y el respeto por nuestra humanidad siguen siendo el centro de todo.
El otro, de la forma: de cómo una estrategia bien pensada puede evitar que perdamos tiempo siguiendo fórmulas vacías.
Ojalá te sirvan para alinear el corazón con la dirección.
La humanidad primero
Entre tantos avances, tantas herramientas nuevas, tantos prompts, algoritmos y métricas, es fácil olvidar que todo esto (absolutamente todo) debería existir para ayudarnos a vivir mejor. Para ser más humanos, no menos. Más conectados, no más aislados.
No hay progreso que valga si no mejora nuestras vidas de forma tangible: si no nos da más tiempo, más salud, más tranquilidad o más alegría. La tecnología puede ser maravillosa, pero solo si no pierde de vista a quién debe servir.
Y ahí entra algo que solemos pasar por alto en esta economía del contenido: la comunidad. Esa red visible o invisible de personas con la que compartimos intereses, esfuerzos, ideas, afectos. A veces nos obsesionamos con el alcance, los likes o la viralidad, y nos olvidamos de lo más importante: aportar valor. Con empatía. Con honestidad. Con la voluntad de construir algo que no se mide en vistas, sino en vínculos.
Porque no se trata de un trueque frío. No es solo dar para recibir. Incluso el amor más ciego necesita alimento. A veces ese alimento es tiempo. A veces es apoyo. A veces es solo estar allí.
Por eso aquí comparto herramientas, sí. Pero también comparto momentos. Como esa vez que una simple frase (“esto no tiene que ser perfecto, solo tiene que empezar”) salvó a un amigo de abandonar un proyecto. O la vez que entendí que una propuesta de valor no es un texto bonito, sino una promesa real que puedes cumplir. O cómo descubrí que cuando una comunidad se siente vista y escuchada, responde con una lealtad que ningún algoritmo puede comprar.
Habrá días en los que no tengamos energía para todos, y eso está bien. No siempre conectamos con las mismas personas o ideas. Pero si algo vale la pena, si alguien vale la pena, hay que cuidar esa relación, aunque sea con un gesto pequeño.
Al final, lo único verdaderamente irremplazable es la humanidad. La nuestra, y la de quienes nos rodean. Cuidarla es un acto de amor. Reconocerla, un acto de respeto. Y celebrarla, cuando toca, es quizás lo más revolucionario que podemos hacer.
Escribí un libro, y le puse REMIX.
A veces se nos olvida, a veces nos sentimos intimidados con la velocidad en la que van apareciendo nuevas formas de hacerlo todo. Y la creatividad no es solo talento innato: es una forma de mirar, mezclar, resolver.
En REMIX te hablo de como conectar los puntos entre la tecnología (incluso la que no se ha inventado aún) y tu creatividad.
Disponible aquí en paperback o en Kindle: Amazon.com
No es magia, es estrategia
Vivimos rodeados de consejos express. “Duplica tus ventas con este truco”, “este post se volvió viral por esta razón”, “los tres secretos que usan los gurús para escalar sus negocios”. Y sí, puede que algo de eso funcione… por un rato. Pero sin una estrategia clara detrás, todo eso es espuma.
El marketing real no es una colección de trucos. Es un sistema. Y si estás creando algo (un producto, un servicio, una marca, una comunidad) necesitas algo más que fórmulas virales: necesitas dirección.
Ahí es donde entra una buena estrategia de Go To Market (GTM). Es el plan que define cómo vas a lanzar algo al mercado, a quién se lo vas a ofrecer, por qué ese alguien debería prestarte atención, y cómo vas a convertir esa atención en acción.
Y lo mejor es que no tiene que ser un documento de cien páginas. Puedes empezar con una hoja, cuatro ideas clave y mucha honestidad. Aquí te dejo un esquema práctico, directo al grano:
1. Define tu ICP (Ideal Customer Profile)
No es “todo el mundo”. Ni “millennials”. Ni “gente que quiera mejorar su vida”. Es alguien con una necesidad específica que tu producto puede resolver mejor que ningún otro. Piensa en un nombre, una edad, una situación de vida. Qué le duele. Qué busca. Qué lo detiene.
2. Alinea tu producto con ese perfil
¿Tu producto resuelve ese problema? ¿Lo hace más rápido, más barato o de forma más placentera? ¿Qué tiene tu solución que no tienen las demás? Define con claridad qué ofreces y por qué importa. Aquí se construye tu propuesta de valor.
3. Elige tu canal principal
No tienes que estar en todos lados. Pero sí tienes que estar donde tu ICP ya está. ¿Instagram? ¿TikTok? ¿Newsletters? ¿Un evento en vivo? ¿Una tienda en línea? Lo importante es que haya coherencia entre tu audiencia, tu mensaje y el lugar donde lo vas a entregar.
4. Diseña tu Conversion Tool
¿Qué herramienta vas a usar para transformar esa atención en acción? Puede ser un formulario, una demo, una landing page, una experiencia gratuita, un mensaje directo bien escrito. Lo importante es que le facilite a esa persona dar el siguiente paso.
Gracias por leer hasta aquí.
Si estos artículos te dieron claridad, inspiración o una idea útil, comparte esta entrega con alguien a quien también le pueda servir.
Y si aún no estás suscrito, puedes hacerlo acá para recibir cada nueva edición directo en tu inbox. Sin humo. Sin spam. Con intención.
Muchas personas tienen la tendencia a confiar más en los atajos que en el desarrollo de estrategias de mediano y largo plazo. El entorno actual nos lleva a creer erróneamente que lo que realmente tiene valor es el resultado a corto plazo y, si bien es cierto que también debemos apostar por "victorias tempranas", la sostenibilidad de todo negocio se encuentra en lo que hacemos pensando en el mediano y largo plazo.
Conecto totalmente. Pienso que el "alma" o esa esencia humana detrás de cada acción o proyecto le da ese toque especial, único. Obvio, incluido el marketing, cuyo objetivo último, a mi parecer, es conectar con personas y sus intereses. Muchas gracias mi estimado, nuevamente.